Salgo a las
15.20 del colegio, y tras comer, me dirijo al hospital donde mi madre al final
me espera, quería contarme lo que pasaba...
Esta misma
mañana, la enfermera había ido a la habitación con una inyección de morfina
para mi abuelo, era un gran calmante pero que a una persona mayor y tan débil
como se encuentra mi abuelo seria la última, un no despertar...
Rápidamente, mi abuela se negó, ella solo buscaba una mínima calidad de
vida a mi abuelo, pero está claro que eso no lo va a encontrar, así que prefiere
que pase lo que tenga que pasar...
Hoy he
vuelto a estar con él, siento decirlo, pero se va... es así...
Es tan solo
cuestión de días...
Yo lo único
que me quedo de esto son los recuerdos que llevo, y que nadie nunca me podrá
arrebatar, todo lo fuerte que me hecho con esta experiencia, las grandes cosas
que he aprendido y que el valor de las cosas se las ponemos nosotros.
También
decir, que yo nunca había visto llorar a mi tía y menos a mi madre, creo que
tenemos el concepto de padres algo idealizados, para nosotros, son como grandes
piedras estables, que siempre están ahí y tienen la solución para cualquier
cosa, pero me he dado cuenta que son humanos, son perfectos a su manera, y os
puedo asegurar que ver derrumbarse a una madre es una de las cosas más
dolorosas que puedas ver...
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